En la Euro Femenina 2025, Putellas regresó a una versión dominante con aspiración a considerarse entre las mejores del mundo. Contra Suiza, brilló en los cuartos de final.
A veces se acerca a Patri Guijarro, la volante central, y le pide el balón al pie. Otras, busca desmarcar en las espaldas de las mediocampistas rivales y, ahí, encuentra lastimar en base a sus posibilidades para controlar y encontrar pases hacia adelante. Muchas veces se junta con la otra interna del equipo, Aitana Bonmatí. Llega al área rival, hace goles y asiste.
En la Eurocopa Femenina, en la que España avanzó a las semifinales del torneo tras vencer a Suiza por 2 a 0, Alexia Putellas vuelve a ser Alexia. ¿Pero qué representa la expresión? Que, como lo demostró en buena parte de la última temporada con Barcelona, la número 11 regresó a la versión más dominante, la que aspira con seriedad a ser la mejor jugadora del mundo, como ya lo demostró dos veces, cuando fue elegida The Best en 2021 y 2022.
Putellas, de 31 años, sufrió una grave lesión en la rodilla izquierda el 5 de julio de 2022, durante un entrenamiento previo al inicio de la Eurocopa de ese año. Las pruebas médicas confirmaron que padecía una rotura del ligamento cruzado anterior, por lo que se quedó fuera del torneo. La imagen de la mediocampista en muletas recorrió el mundo.
Recibió el alta médica en abril de 2023 y volvió en un partido de la Liga F ante Sporting de Huelva, pero la rodilla costó más de la cuenta. En el camino tuvo varios momentos en los que se resintió, sintió otro tipo de molestias físicas o simplemente necesitó descanso. Alcanzar la mejor forma fue casi tan difícil como la recuperación.
La situación derivó que en la Copa Mundial Femenina que ganó España en 2023, en Australia y Nueva Zelanda, Putellas no terminó de ganarse un lugar como titular. Estuvo entre las once ante Zambia, por el Grupo E, dio una asistencia pero fue reemplazada en el entretiempo, y con Suecia, en semifinales, hasta que fue reemplazada a los 56 minutos. En la final contra Inglaterra, en Sídney, ingresó a los 90 minutos, casi sin poder tener intervenciones con el balón.
El título se disfrutó igual, la historia estaba hecha y ella era una de las referentes de una plantilla que pateó el tablero del fútbol femenino. Pero Alexia había tenido un papel no tan habitual.
La recuperación de la mejor versión necesitó tiempo pero también trabajo y sacrificio. La jugadora símbolo del Barcelona trabajó en fortalecer el cuerpo pero también la cabeza. El aspecto psicológico no se dejó de lado. «Aprendí a crecer en los momentos malos, de depresión, incluso tóxicos», dijo Alexia en una reciente entrevista con El Mundo.
En el equipo de Montse Tomé, Alexia no es solo el motor de juego si no también una jugadora líder. Ante la ausencia de Irene Paredes contra Portugal, en el debut del torneo, usó la cinta de capitana. «Las capitanas son las que tienen que marcar el camino, por dónde se debe ir para llegar a los objetivos. Es un privilegio ser capitana de este equipo, de la Selección», dijo.
Alexia habla a sus compañeras, opina, escucha. En la Champions League femenina, en abril, tras el pase a la final del Barcelona luego de superar al Chelsea, un gesto suyo fue más valorado que sus goles y gambetas: mientras todas las jugadoras celebraban, ella se acercó a Kika, en muletas por una dura lesión, la abrazó, le dio su cariño, la hizo sentir parte. En todos los detalles. Líder plena.
En la Euro, en la goleada con Portugal por 5 a 1, hizo un golazo cuando hizo pasar a Diana Gomes con una gran finta y un toque suave ante la portera Pereira.
Contra Bélgica, en el segundo encuentro, recibió un pase de Salma Paralluelo y definió con un remate de tres dedos que se fue alejando de Lichtfus. Poco después, se lució en otra faceta de juego cuando recibió en tres cuartos, giró y habilitó a Esther González para el 3 a 2 parcial de un partido que terminaría también en goleada. Para cerrar, otro tanto con otra sutileza con la parte externa del pie izquierdo.
Contra Italia, Aitana Bonmatí, otro eje del juego del campeón del mundo, volvió a jugar de titular luego de recuperarse de una meningitis vírica que puso en duda su participación. La incorporación de la número 6 no hizo más que potenciar el nivel de Putellas, que aportó dos asistencias: primero a Athenea del Castillo, luego a González para el 3 a 1 final.
Con Suiza, un partido duro y exigente para el equipo de Montse Tomé, uno de los grandes candidatos de la Euro femenina que en semifinales se medirá ante el ganador de Francia y Alemania, no tuvo participación directa en los goles y falló un penalti sobre el final, pero volvió a demostrar su poderío en el equipo. Desde la mitad, controló el balón, fue eje y manejó los tiempos cuando era necesario.
Símbolo de su estado está en el juego disputado en el torneo. Salvo el final del partido con Suiza, justo después del penalti, participó de todos los minutos de la competencia. Alexia volvió a ser Alexia. Y así lo explicó, en una entrevista a The Guardian: «¿Conoces esa sensación, esa seguridad que sientes cuando eres capaz de todo? En ese momento (cuando fue elegida la mejor del mundo), lo sentí. Y ahora lo vuelvo a sentir. Estoy feliz; tengo muchísimas ganas de jugar esta Eurocopa. Tengo muchas ganas de empezar, de ir a darlo todo».