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Con Camps se cierra la «escuela»

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Foto tomada de Independiente Santa Fe página oficial

1 empate y 4 derrotas, sumado a 9 goles en contra y ningún gol anotado, han sentenciado a un «nuevo entrenador»  en Independiente Santa Fe, que desecha el «proyecto» de Patricio Camps y desde ya está en la búsqueda de un orientador que de una u otra forma revierta y revitalice la situación del rojo capitalino.

Patricio Camps pasará a la historia como uno de los entrenadores con la «era» más corta y, peor aún, con un proyecto que pintaba desde la dirigencia como algo factible, a realizar en un tiempo, pero que ante la agitada salida de Juan Andrés Carreño y arribo por parte de Eduardo Méndez, todas esas ilusiones y sueños quedarán prácticamente como algo utópico, que pudo ser y que al final no arrancó.

Su debut quizás fue lo más ilusionante, un partido que mereció ganar y que, quizás, pudo haber cambiado la historia aquel gol de Daniel Giraldo, pero que, como todo en el fútbol, fue incierto, no concretó más y no supo pasar del empate sin goles ante el subcampeón de la Liga, dejando un sin sabor por lo que pudo ser y que finalmente no fue, ilusionando a algunos y preocupando aún más a otros.

Foto tomada de @Dimayor

Luego de esto empezó a darse eso que siempre mencionan y que se titula igual a la obra del maestro Gabriel García Márquez, una «crónica de una muerte anunciada», primero cayendo ante el Cúcuta, quedando corto en la generación de jugadas claras en ataque e incluso sufriendo la lesión de uno de sus referentes como es Luis Manuel Seijas, fallando muchísimo en la distribución de pases y con bajo nivel de hombres en ataque.

Foto tomada de: Atlético Nacional página oficial

Estos dos primeros resultados, si se mira de cierta forma, pudieron no ser extremadamente peligrosos, claro, esto sin saber lo que sucedería en la visita a Atlético Nacional por la Copa Águila, sí, ese certamen que por lo menos durante el primer semestre, fue en el que mejor rindió Santa Fe, más allá de no ser un equipo lúcido o brillante, cosas que padeció en Medellín, primero sufriendo la lesión de su gran refuerzo, Fabián Sambueza y luego complicándose entre desconcentraciones por los costados, sumado a la expulsión de Federico Arbeláez, además de la pobreza táctica al llegar a 3/4 de cancha, donde no sabían que hacer los jugadores cardenales, sin claridad y mucho menos precisión.

Foto tomada de: Independiente Santa Fe página oficial

Su gran oportunidad de salir a flote, al menos haciendo respetar su fortaleza (El Campín), resultío siendo más una quimera que una verdadera «chance de oro», con un equipo que de nuevo vio a Federico Arbeláez expulsado en tan solo 45 minutos y que nunca supo reordenar sus fichas y tuvo realmente una llegada de peligro en concreto, siendo además víctima de aquello que era no hace mucho su gran arma, su tradición como el juego aéreo, suceso que generó que el león bogotano cayera en su patio nada más y nada menos que ante (en ese momento) el último de la tabla de promedios del descenso, suceso que muchos dirigentes han preferido callar en torno a Santa Fe.

El telón se cerró de la manera más esperada por muchos, no por deseos personales o algo en contra del funcionamiento netamente del equipo y el planteamiento de su entrenador, sin olvidar que es un novato en la primera división colombiana, no, fue cazado por un «índio pijao» que sin ser muchísimo más que Santa Fe, lo hizo ver pequeño, sin alma, que tuvo un equipo que en la mitad quedaba escaso, que dejó entrever muchas dudas en el sector defensivo y que en ataque, como puede decirse fue «tradición» en esta ronda que asumió Patricio Camps, aquel mítico goleador de Vélez Sarsfield, los hombres de ataque no recibían la pelota y máximo eran los extremos quienes tímidamente intentaban aproximarse, sabiendo que su realidad estaba en un gran dilema.

No hay dudas que este Santa Fe necesita algo diferente, dejar de improvisar como ha sucedido con sus últimos 3 entrenadores, quedando complicado luego de aquella fatídica final del 2017, no por el hecho del rival, sino que desde ese momento lo único bueno que tuvo, sin ser un equipo sobresaliente, fue alcanzar las semifinales de la Copa Sudamericana, algo que hoy ni se recuerda con fulgor, sino como un hecho más y es también porque la actualidad no apremia, la actualidad tiene a Santa Fe colero de la Liga Águila.

Esto no es nuevo, es algo que padeció hace menos de un par de meses y fue constante, un equipo que ya acumula 9 meses sin saborear un triunfo en su casa, que tuvo entrenadores que no pudieron de ninguna manera dar la talla, en algún caso sin saber quizás adonde llegaba, mientras que en otros transformando a Independiente Santa Fe en una «escuela de técnicos», cosa que para el momento no aplica, no gusta, no pega y no es rentable ni en lo deportivo, ni en lo económico, entendiendo que aquello que se quería buscar de un «Gallardo colombiano» no existe y que es mejor levantarse y echarse agua en la cara ante una realidad que hace ver a un abatido león.